Un día para vivir

La excelencia como abogada penalista de Érika encuentra su piedra en el zapato cuando Ella, la Muerte, la visita sentenciando sus 24 horas para vivir si no resuelve su asunto pendiente. La ley tiene un margen de interpretación muy amplio, y el acusado siempre es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Eduardo está acostumbrado a la muerte, pero como médico siempre ha luchado por la vida de sus pacientes. Cuando Ella lo visita y le anuncia su destino, Eduardo sabe que su asunto pendiente es uno por el que no ha luchado como hubiera debido o querido. En poco tiempo deberá resolver una vida, pero no la suya, sino la de alguien que apenas comienza a volar.

Las hermanas Karol y André tienen una manera peculiar de ganarse la vida y puede que no sea la más honesta por más que el pasado este lleno de motivos para justificar sus acciones. La muerte, se presenta con Karol tiene el tiempo contado para enmendar aquello que la atormenta, para lograrlo debe tomar conciencia de que la venganza no trae nada bueno y que la justicia a veces nos alcanza.

Dicen que las mentiras repetidas muchas veces se convierten en verdad y en ese círculo vicioso está Fabiana cuando le toca que Ella la visite y comience a correr el reloj por su vida. La compulsión por las mentiras es una nube negra de la que difícilmente puede escapar

Alex, un joven que cuida a su madre enferma, debe enfrentar fantasmas del pasado para intentar salvarse de un final inimaginable. Todo apunta a que cometió graves errores que le costaron la vida a su novia. Pero una vez que se ha encontrado con Ella nada es tan simple como parece.

Patricio es un cincuentón narcisista que no acepta su edad ni sus responsabilidades. Ella le da el ultimátum de que le queda un día para vivir y debe resolver pendientes, pero él sigue la fiesta y cuando se da cuenta de que Ella no va en broma, y que tampoco es una alucinación, le queda poco tiempo.

Tamara sabe qué debe hacer sobre algo que siempre creyó que fue una travesura ingenua de adolescentes y en el camino toma conciencia de que la desaparición de personas es más común y traumática de lo que imaginó; le toca vivirla en carne propia antes de resolver un laberíntico misterio en el presente, y de visitar a Ella en el Limbo, antes de conocer su destino.

Lulú es famosa en las redes sociales, a las que alimenta con cada detalle de su vida en busca de likes y atención. Quienes la rodean viven para mantenerla contenta con tal de no despertar a sus tormentosos demonios, que aparentemente sufren de insomnio, porque Lulú no da tregua a nadie.

Cuando Ella la visita, Rosalinda decide que sus últimas 24 horas va a dedicarlas a romper todas las reglas, a sacarse de encima las imposiciones, hasta que nada le queda por hacer y aún le sobra tiempo. Acompañada por su nieto Nicolás, emprende un viaje de alegría y peligro.

Roberto ha tomado una bifurcación en el camino de su vida, pero las verdades a medias, las promesas incumplidas, los fantasmas del pasado y un presente bastante conflictivo, siguen avanzando en paralelo la noche en que Ella se presenta y lo conmina a resolver sus pendientes.

Sebastián la pasa bien picando de mujer en mujer, de relación casual en relación casual. Le gustan maduras, y tiene pocas intenciones de comprometerse. Todo un Casanova. La lista de corazones rotos es larga, e incluye esposos y amigos, pero sólo cuando la muerte se cruza en su camino tomará conciencia de que posiblemente el suyo es el más lastimado y que la muerte no sólo lo ronda a él.

Cinthia vive con culpa, duerme con culpa y Ella le recuerda que sólo llegando hasta las últimas consecuencias podrá vivir o morir en paz. Resolver su asunto pendiente se convierte en una obsesión para Cinthia, tanto por el poco tiempo que tiene como por la magnitud de sus actos.

Elizabeth es dueña de una fortuna fruto de la herencia que le dejó su amado Santiago. El dinero le sobra, pero el tiempo no tanto. La muerte, la visita, no tarda en caer en cuenta qué asuntos debe resolver. Se esfuerza de verdad por ganarle al tiempo, pero ganar siempre es un detalle de su carácter que le juega en contra, o quizás sean los tacones en los que tanto dinero gastó.

La ira es capaz de cegar. Esta ceguera envuelve a Germán, incapaz de verse a sí mismo incluso cuando la muerte, Ella, le pone tiempo a su vida. Las consecuencias de las decisiones tomadas producen estragos, víctimas y codependencias tan peligrosas como los mismos actos del victimario.

Kenia tuvo un rápido ascenso en el periodismo deportivo, la pelea por hacerse un lugar entre hombres fue dura, y no siempre limpia. Cuando la Muerte le avisa que debe saldar sus pendientes para justificar su tiempo extra o morir en paz, Kenia deberá luchar por pagar sus deudas, su carrera y el rating al que adora y la vida, en caso de que suene la campana sin alcanzar a levantarse del nocaut.

Cristian tiene problemas graves para relacionarse con la gente y esto le provoca problemas con vecinos, conocidos y amores. Excepto por Matías, su perro, que recibe todo el amor y atención, los humanos son objeto de su desprecio. Ella le anuncia que le quedan 24 horas, y ante la posibilidad de la muerte, debe resolver la custodia del perro y un corazón roto.

Cuando Ella se presenta con Lenny para avisarle que le quedan 24 horas para vivir, se enfrenta a un asunto pendiente por resolver bastante atípico, y no sólo eso, sino también a una candidata que hará todo lo posible por no enfrentar sus pendientes y dejar que el tiempo corra lo más rápido posible.

Felipe se ve ante la dura realidad de tener que enfrentarse a las decisiones equivocadas que tomó o que no se atrevió a tomar en su matrimonio. Ella le anuncia que le queda poco tiempo cuando él mismo ya se encuentra en la encrucijada que le plantea la vida, y toma lo que sea que le depare el destino con estoicismo y fe.

Aída ha sido una excelente enfermera toda su vida. Sin embargo en el fondo sabe que en algún momento de su carrera cometió un error que podría ser muy grave. Esto se lo recuerda Ella cuando la visita para anunciarle que le quedan 24 horas para sacar aquello que durante tanto tiempo intentó esconder. A veces un delito puede proporcionar felicidad, y esto no lo exenta de ser un delito.

Raúl cree que ha dejado atrás un mal pasado, pero Ella se presenta para recordarle que quedó un asunto pendiente y que tiene poco tiempo para resolverlo; esto lo lleva a cruzarse con una extraña familia, a echar mano de artimañas que pensó que jamás necesitaría y a encontrar a alguien con quien podría compartir la vida y su propia muerte.

Debido a un accidente automovilístico Adrián no recuerda siquiera quién es cuando Ella, la muerte, le dice que le quedan 24 horas para resolver sus asuntos pendientes. En una carrera contra el tiempo y la memoria, debe desentrañar qué hacer como quien va armando un rompecabezas con apenas jirones de recuerdos.

Teófilo no es una blanca paloma, sino un policía corrupto, muchas veces se ha enfrentado a la muerte, pero sólo una vez Ella llega para decirle que ésta puede ser la buena, y que le quedan 24 horas para resolver lo que tiene pendiente y ganarse otra oportunidad en la vida.

María Elena no se lleva bien con Alicia, su hija, que se siente atosigada por la madre. La muerte se cruza con María Elena el día en que Alicia cumplirá años. Tiene un secreto que confesar. Algo que se ha encargado de ocultar incluso a sí misma, dañando la verdad por miedo a perder lo que ya ha perdido.

¿Puede haber algo más aterrador que la mismísima muerte se presente a advertirte que te quedan 24 horas para morir? Sí, la vida no vivida a veces lo es mucho más, y Rodrigo carga el miedo sobre sus hombros a costa de su felicidad y la de otros. La solución es simple y compleja: enfrentar el miedo, el peligro, hablar, explicar, aunque sea para morir en paz, o no.

A veces no queda otra que entrarle al mal camino para proteger a toda costa lo bueno, sin embargo las cosas se pueden salir de control, pero Fabián no está pensando en eso cuando Ella le advierte que tiene asuntos pendientes y un solo día para resolverlos antes de que se lo lleve al otro lado.