Riviera italiana, 1942. Soldados alemanes disfrutan de unos días de descanso antes de ser enviados al frente ruso para combatir en la batalla que se convertirá en la más sangrienta y cruel de la Segunda Guerra Mundial. A través del Capitán Hans von Witzland, vemos cómo sus hombres, jóvenes alegres y vitales, van transformándose al sufrir en sus carnes los efectos del cerco de Stalingrado.