Han pasado pocos años del final de la Segunda Guerra Mundial, y Japón aún se recupera de sus heridas. Nobuko (Sayuri Yoshinaga), una mujer de mediana edad, está decidida a seguir adelante mientras contempla la tumba de su hijo, muerto en el bombardeo nuclear de Nagasaki como tantos otros. Pero todo cambiará el día en que encuentra a su hijo Koji (Kazunari Ninomiya) esperándola en casa.