El abogado Steve Flloop, a pesar de su mala racha, sigue apostando compulsivamente en las carreras de caballos, hasta el punto de que su matrimonio con Melanie parece irse a pique. Pero su esposa idea una argucia para mantener lo que les queda de patrimonio y de amor. De esta forma, Melanie se convierte secretamente en su corredor de apuestas para intentar conservar el dinero de su esposo.