A mediados de los años 40, Pau Casals es considerado el mejor músico del momento. Vive exiliado en Prada de Conflent, desde donde intenta ayudar a las familias republicanas con necesidades y también donde intenta protegerse de la Gestapo que controla la zona. Una vez acabada la guerra, Casals tiene la esperanza que la victoria aliada supondrá también el fin de la dictadura franquista.