Dos convictos (uno blanco (Robert Urich), y uno negro (Carl Weathers)), que cumplen su condena encadenados en el extremo Sur, son liberados por accidente. Desconfiando el uno del otro, escapan a los bosques y pantanos traicioneros, mientras son perseguidos con helicópteros y sabuesos. Aun así, los une una causa común, escapar… y una cadena de 70 centímetros.