Desde un manicomio, el anciano compositor Salieri recuerda cuando el joven Mozart se ganó el cariño en la corte del emperador Joseph II. Salieri, celoso, lamenta su propia mediocridad y resiente que Dios haya bendecido al vulgar Mozart con un don divino. Incapaz de igualar el talento de Mozart, sabotea su carrera y le encarga en secreto el agotador *Réquiem*, lo que provoca la caída de Mozart.