En las afueras de Milán, una siciliana acusada de prostituir a su hija Rosetta, de 11 años, es detenida. Al policía Antonio se le asigna escoltar a la niña y a su hermano a una casa de religiosas en Civitavecchia en la provincia de Roma. Pero los dos niños no son aceptados. A continuación, Antonio debe llevarlos a Sicilia, a un instituto especializado.