Finn practica sus habilidades para luchar con espada en el basurero de máquinas de dulces, donde conoce a un viejo robot de bolas de chicle llamado Rattleballs. Finn se sorprende al descubrir que NO es el experto espadachín que creía ser. ¡¿Cómo es posible?! Finn le ruega a Rattleballs que lo entrene, pero pronto descubre el oscuro y profundo secreto de su mentor...