Antoine parece no escuchar a nada ni a nadie: a sus alumnos, a sus compañeros a sus amigos, a sus colegas de trabajo, a sus amantes… Todos le exigen más atención y le recriminan su falta de concentración y empatía. Aunque hay una buena razón para que Antoine no escuche a nadie: aún es joven pero ha perdido mucha audición.