Esta espeluznante secuela, con mayor contenido sangriento y cruel que la primera parte, se sitúa dos años después de que la familia Carter fuera brutalmente atacada por caníbales mutantes en el desierto de Nuevo México. Ahora, como parte de una misión de rutina, una unidad de la Guardia Nacional deberá enfrentar a las mismas, sanguinarias bestias.