Cada vez más insatisfecha, Begoña acumula anotaciones en su diario con la falta de método de un investigador agotado. Begoña no quiere ser una superwoman de los noventa, como parece que intentan las mujeres que la rodean. Pero en su lucha por verle la cara al animal que lleva dentro, Begoña se precipita en una espiral de sexo, castigo y confesiones en la que involucra a un buen número de amantes.