El desprecio

Ludmila está segura de que Edilio se casará con ella. En vano, Manuel Jesús intenta convencer a Berenice de que Edilio no es la persona que ella cree. Mientras contempla a Tamara, Gabriel, para sí, lamenta no haberla conocido antes de que apareciera en su vida Clara Inés. Acudiendo al llamado de Israel, Clara Inés y Raúl se tensan al desconocer de qué verdad el hombre les quiere hablar.

Edilio y Ludmila se acarician y besan cuando son avistados por Clara Inés. Misael confía a Baudilio que aceptará el desafío a muerte de Israel. Delante de Elisenda, Pastora deja al descubierto que Misael siempre ha sido especial para ella; Israel -al descubrirla- sentencia que al hombre le quedan pocas horas de vida.

Tirso y Ludmila se reencuentran en el parque cuando trotan. Tamara, furiosa, niega haberle dicho a Zenaida que ayudaría a Gloriana a entrar en la universidad.En presencia de Pastora, Raúl, Octavia, Pereto, Manuel Jesús, Baudilio, Edilio y Cepeda, Israel y Misael alzan sus armas; Pastora grita aterrada después de que se oyen dos detonaciones.

Crisanto lleva a Gloriana a la pensión de doña Brígida. Israel anuncia a la familia que le ha pedido a Cirilo que junto a él se encargue del imperio Santa María. Es evidente el malestar que causa la noticia en Pastora y Edilio. Gloriana le agradece a Crisanto por encontrarle un lugar donde quedarse.

Una venenosa Tamara siembra dudas en Berenice. Ludmila escucha a Velandró comentar a Gastón sobre la fecha de la boda. En una mezcla de disfrute y dolor, Pastora comprueba que el cadáver de Cirilo reposa en la morgue.

Israel reza con dolor por su hermano, una hipócrita Pastora lo consuela; Santa María se deja enredar en el juego de la mujer. Elisenda previene a Pastora ante la posibilidad de que Clara Inés revele que Israel es su verdadero padre; Lara Portillo dispone comprar unas pruebas de ADN que digan que la joven no lleva en su venas la sangre Santa María.

Clara comparte con Félix y Mauro, quienes se muestran ansiosos por ver a su abuelo; para sí, la muchacha jura que protegerá a sus sobrinos de la maldad de Pastora; además, espera que los pequeños congenien con Rafaelito.

Tamara retoma con entusiasmo sus clases de catequesis.

Debido a que han clausurado la pensión, Gloriana pasa la noche en la acera, Fabio le hace compañía. Israel y Manuel Jesús se proponen buscar al responsable de esa injusticia. Pastora visita al padre Potentá en la sacristía, le recuerda las contribuciones que ha hecho a la iglesia y el agradecimiento que espera por ello.

Clara Inés obliga a Elisa a volver a casa de su abuela. Ana Cristina aguarda asustada en un rincón. Gabriel y Raúl, en la pensión, se impresionan al saber del embargo y de la participación salvadora de Pastora. Intentando proteger a su familia, Elisa pretende irse con el Chacal, Clara Inés no está dispuesta a permitirlo.

Raúl pide un préstamo a Pastora en pro de un proyecto que tiene en mente. Elisenda ofrece a Velandró todos sus ahorros, alegando que él es su único heredero. Avergonzada de que Manuel Jesús sepa que es una prostituta, Elisa decide no verlo nunca más. Una firme sor Juana busca a Pastora para conversar, Lara Portillo acepta con interés su propuesta.

Una desesperada Elisenda desahoga con Pastora su angustia por la predicción de la Mujer de la Máscara; Lara Portillo, capciosa, indaga si su amiga tiene un hijo y se lo ha ocultado. Clara Inés dispone que Mauro y Félix presten algo de ropa al resto de los niños. Pastora interroga con saña a Elisenda, quien llora desconsolada; desea saber quién es la mujer realmente.

Cansado de su indecisión, Crisanto pide a Gloriana que sea su novia.

En la mansión Barón, don Anastasio habilita la habitación de su fallecida esposa para Tamara y don Evelio.Tamara anuncia a Barón que su esposa fue asesinada. Israel lleva a Pastora a un hotel cinco estrellas, ésta le informa que Clara Inés la echó de la mansión Santa María por ser ahora su dueña, Israel no puede concebir lo que escucha.

En la casa Velandró, Baudilio entristece al enterarse que su nieto se ha ido sin despedirse; Misael se extraña cuando su padre señala que quiere a Raúl como a un hijo. Manuel Jesús, Claudia y Peretico buscan a Elisa en el hogar de Ana Cristina; al no encontrarla, imaginan que Elisa está en problemas. Insistente, Gabriel indaga qué es lo que conoce Tamara acerca de la muerte de su madre.

Lara Portillo, en el hotel, acepta que nunca se esperó que Santa María tratara de matarla. Entre lágrimas, Berenice reclama a Israel que nunca la haya querido lo suficiente; la abrumada mujer decreta que odia a su padre por haberle destruido la vida. Pereto, como un hermano, acompaña al atribulado hombre en su sufrimiento.

Pastora recibe de Amado las falsas pruebas de sangre que señalarán que Clara Inés no es una Santa María.

Pastora confirma que Elisenda está fuera de peligro; ordena a Giorgio y Fernando que encuentren al culpable del atentado cuando Pereto la aborda; le trae una carta de Israel donde éste anuncia que se ha marchado por un tiempo.

En la pensión, Clara, sor Teresa y doña Brígida ofrecen ayudar al padre Atenor y sor Juana a descubrir a quién pertenece la letra con la que fue escrita la tarjeta de la pequeña Clara Inés; todos se proponen conseguir notas escritas por los de los posibles sospechosos para hacer comparaciones.

Tras ordenar a Fred y Tirso que lleven a Estrella a su antiguo apartamento, Cirilo dispone retener a Raúl en Roma, pues pretende acabar con Pastora.

Gabriel abraza a Tamara contra sí exigiéndole que lo convenza de su honestidad; la pareja, muy cerca, contiene las ganas de besarse.En la fachada de la mansión Santa María, Clara se zafa del hombre que la escolta y sube al carro donde Pereto, Claudia y Peretico la esperan; llena de frustración, sentencia que no permitirá que Pastora destruya a su familia.

Clara se desmaya en una crisis producto de la tristeza que siente por la ausencia de Raúl y las injusticias de las que ha sido víctima Octavia, angustiada, pide a sus hijos que la auxilien.

Zaida confirma a Pereto, Gloriana y Cris que Raúl llegó a Roma pero nunca se registró en el hotel.

En la jefatura, Clara Inés recibe con emoción a Octavia, a quien pide asesoría para demandar a Pastora. Pastora pregunta a Israel si la ama a ella o a su gemela, ya que éste estuvo enamorado de Illis en el pasado; confundido, Israel se retira tras afirmar que sus sentimientos por Illis son más profundos que lo que sintió alguna vez por Pastora.

Gabriel y Tamara comparten un desayuno que ésta ha preparado con ilusión justo cuando Clara Inés llama a Barón solicitando su presencia. Rosa cuida de Illis pero Pastora la hace salir de la habitación; la doméstica decide vigilar de lejos las acciones de Pastora.