Escuela para maridos México

Ocho matrimonios con relaciones deterioradas cuyos maridos, a pesar de su amor, no pueden o no quieren cambiar, se enfrentan a una escuela de clases magistrales que les ofrece su ayuda y sus conocimientos para transformarlos en mejores seres humanos.

Preparándose para lo que está por venir, cada ejercicio de choque supera al anterior y ahora en materia sexual, los maridos deben ser tolerantes y considerados con sus parejas renovando el deseo sexual, la frecuencia y la calidad de sus relaciones.

Los maridos son expuestos en un juicio de las faltas cometidas en su matrimonio, el jurado compuesto por las esposas determinará su culpabilidad y los castigos serán un recordatorio de que el pilar fundamental en cualquier relación es la confianza.

Los maridos se someten al escrutinio de 45 mujeres en un grupo focal para calificar su aspecto, el arte de ser o parecer, reforzando la importancia de cuidar su apariencia y proyectar una mejor versión de sí mismos dentro y fuera de la relación.

La gravedad de la infidelidad financiera y los malos hábitos que la generan tienen repercusiones dentro de la pareja, cuando el dinero debería representar la forma más sana de compartir derechos y obligaciones, distribuir roles y/o poder en el hogar.

Los maridos se enfrentan a sus inseguridades y a sus peores demonios, la ira se convierte en el peor enemigo cuando se trata de celos, la tolerancia, la capacidad de asimilación y la confianza en uno mismo se pondrán intensamente a prueba.

El punto neurálgico de una relación es compartir derechos y obligaciones dentro y fuera del hogar, los esposos son puestos a prueba para determinar si son capaces de asumir y corregir sus conductas para mejorar la convivencia y dejar su libertinaje.

La relación con los familiares y amigos del cónyuge interfiere en las parejas, los maridos deben enfrentarse a sus demonios, descargando toda su furia dentro de un laberinto, para finalmente enfrentarse al minotauro que interfiere en su relación.

El cambio genera resistencia porque implica salir de una zona de confort; los cónyuges tendrán que demostrar que sus cambios y ajustes no son superficiales, la adaptabilidad y la aceptación serán básicas para lograr la mejor versión de sí mismos.

Los maridos se convierten en profesores porque ahora deben demostrar no sólo lo que dicen sobre su evolución sino cuánto en términos de concepto han conseguido retener, intentando comunicar sus conocimientos para que otra persona pueda entenderlos.

Negociar y llegar a acuerdos sobre las situaciones más apremiantes de la relación es un principio como pareja, las esposas son asesoradas por la reina del divorcio, una abogada experta que ayudará a estas mujeres en una terapia de choque para sus maridos.

Los esposos deben reconfirmar el amor que sienten por sus esposas y demostrar lo que los mantiene unidos, el ejercicio consiste en reconquistar a sus parejas y aprobar este ejercicio es necesario para graduarse de la escuela para maridos.

La prueba más difícil se ha concentrado para el final, no sólo los expertos y profesores tendrán que definir al alumno que se graduará con honores como el mejor, sino que las propias parejas tendrán que proponer y definir al ganador.