Ya conoces esa sensación. Parece que el tiempo se ralentizara cuando cruzas una mirada con alguien que no conoces. Después, pasas de largo sin mirar atrás. Eso les pasó a Pelin y Engin. Pero, luego, al abrir los ojos, estaban en la misma cama. Y mejor prepárate para esto: ¡como una pareja casada hace dos años! Debe ser un sueño. No, una pesadilla. Ahora, para despertar, primero deben enamorarse.